¡BELGRANO BICAMPEÓN!

El equipo dirigido por Daniel Obes, se quedó nuevamente con el título al vencer 8-6 a su clásico rival El Recreo, en una tarde a puro gol y emoción. 


Fue un sábado donde la emoción estuvo a flor de piel. Un día repleto de festejos, balances típicos que se hacen al finalizar un torneo. Goles a montones y pibes tirados por el piso, festejando como criaturas una estrella más obtenida. Una estrella ganada con amigos, a puro sacrificio y como dijo su propio DT: “El mensaje es que todos juntos laburando y con humildad, se pueden lograr estas cosas” 

El broche de oro de este 2023 para un Belgrano que a pura dedicación, metió un bicampeonato, goleador del torneo y además Mariano Cuellar se mete en los ternados por los premios Jorge Newbery al mejor jugador del torneo de la Liga Metropolitana. Un año soñado donde siempre se pregonó esa unión y compañerismo para destacar la familia de Belgrano.

Un encuentro donde Belgrano siempre estuvo abajo en el marcador, yéndose al vestuario 5-3 en un PT electrizante, de ida y vuelta donde El Recreo salió a quemar las naves, sin dejar siquiera pensar al rival, presionando siempre y convirtiendo en las ocasiones que llegó al arco rival. Ya en el complemento, con un Belgrano donde cambió el chip, el equipo lo pudo dar vuelta a puro gol, sacrificio y compañerismo. Marcando, presionando la  salida de El Recreo y pudiendo liquidar el asunto cuando correspondía. Fue 8-6 final. Desahogo y fiesta. 


Corren de acá para allá. Se sacan la camiseta, la agitan, la besan. Se tiran al piso haciendo una reverencia hacia el cielo, como agradeciendo a alguien. Son los campeones. Los pibes de Torcuato, los de buen pie, los goleadores, los que saben que una final se gana así: con frialdad, pero con amor. Un amor y un orgullo por vestir esos colores, que pesa. Las sonrisas en las caras, tatuadas a fuego, aguardando la Copa para llevar a casa.

Por otro lado, la tristeza y la desazón por la derrota, pero un equipo que supo ser protagonista también a lo largo del año. Un DT reconociendo el nivel de su rival y un equipo completo haciendo el pasillo para recibir a los campeones. Este respeto admirable, para demostrar una vez más que la rivalidad no te define y que estos gestos muestran la grandeza de un equipo.

Ahí viene el Campeón. Subiendo al podio, recibiendo la copa soñada. Llueven papelitos, caen lágrimas, se oyen risas y cantos. Que esto dure para siempre, que siempre sea ahora este instante guardado en el corazón. Belgrano Bicampeón. Salud!